Mauritania: Habibi vuelve a sonreír

Con tan solo dos años, Habibi ha logrado recuperarse de desnutrición aguda grave en el campamento de refugiados de Fassala, Mauritania, donde huyó con su familia del conflicto en el norte de Malí.

Su abuela, Nanni Ouel ed Faghi, se muestra aliviada y agradecida. La familia de Habibi huyó de un ataque en su aldea y condujo toda la noche hasta llegar aMauritania.

Durante el trayecto, Habibi empezó a toser y a tener diarrea grave. Conforme empeoraba su estado nutricional, su sistema inmunitario se debilitó dejándolo más vulnerable frente a la infección respiratoria que se estaba desarrollando.

Las causas que hay detrás de la desnutrición infantil no siempre son evidentes. La desnutrición viene provocada, a menudo, por unacombinación de factores que incluyenalimentación insuficiente, una dieta poco variada y condiciones insalubres que aumentan la incidencia de la diarrea y las infecciones. Las crisis como la vivida por la familia de Habibi exacerban estos factores.

La importancia del apoyo a las familias refugiadas

La recuperación de los niños refugiados y desnutridos a menudo es muy difícil. Las familias de refugiados sufren un estrés enorme, ya que tienen que afrontar condiciones de vida difíciles y sufren incertidumbre sobre su futuro.

Además, desconocen cuándo podrán regresar a casa, muchos se han visto separados de familiares de los que desconocen su paradero o no saben si están vivos…Como resultado del estrés, los progenitores refugiados a veces no llevan a sus hijos desnutridos a las clínicas o abandonan el tratamiento. Estos factores agravantes convierten la plena recuperación de Habibi en un logro aún mayor.

UNICEF y sus aliados prestan asistencia integrada a los refugiados malienses que viven ahora en Mauritania. Los voluntarios de centro de salud van a la comunidad todos los días paraidentificar casos de niños que podrían estar sufriendo desnutrición. Posteriormente, hablan con sus familias para informarles de la importancia de que los niños reciban tratamiento.

Además, se han abierto diez escuelas en tiendas de campaña (con cuatro más en construcción) para brindar educación a aproximadamente 3.000 niños de primaria. Estas escuelas también ofrecen una sensación de normalidad, rutina y seguridad para los niños.

Paralelamente, los programas de agua, saneamiento e higiene están mejorando el acceso de las familias al agua potable y las letrinas, lo que ayuda a reducir la incidencia de diarrea.

Sin embargo, con más de 65.000 refugiados de Malí que viven ahora en Mauritania, UNICEF necesita ampliar sus operaciones para garantizar que los niños como Habibi obtengan la ayuda que necesitan con urgencia.