La lucha contra el cólera en Níger

Los brotes de cólera son frecuentes en la región africana del Sahel. Sin embargo, en lo que va de año, su repercusión se ha agravado debido al desplazamiento de personas que huyen del conflicto en el norte de Malí. Hasta ahora, más de 52.000 refugiados han llegado a Níger. Su acceso a los servicios sociales es muy limitado y viven en las zonas más afectadas por la actual crisis alimentaria y nutricional.

UNICEF y sus aliados estiman que cerca de 394.000 niños menores de cinco años necesitantratamiento para la desnutrición aguda grave en 2012. Los niños que ya se encuentran débiles por la desnutrición corren un mayor riesgo por elcólera. Aunque reciban tratamiento, es muy fácil que puedan volver a caer enfermos debido al agua no potable.

A medida que avanza la temporada de lluvias, se han registrado a lo largo del río Níger más de 3.000 casos de cólera y 68 muertes debidas a esta enfermedad altamente contagiosa. Los niños que viven en las numerosas islas que hay en el río son los más vulnerables, debido a que resulta difícil acceder a ellos para prestarles atención médica.
 
"Es especialmente peligroso durante la temporada de lluvias. Nuestro barco se rompe y tenemos el problema de los hipopótamos. Hay muchos en la zona y hacen muy peligroso nuestro viaje", relata Abdoulaye Hamidou, la única enfermera que atiende a más de 10.000 personas en su zona de las islas, incluidos los niños con desnutrición aguda.
 
Gracias al apoyo de UNICEF, el Gobierno deNíger lucha contra laepidemia en primera línea, proporcionandotratamiento y distribuyendo suministros médicos y artículos de higiene a los centros de salud. Unos trabajadores sociales capacitados se movilizan para concienciar a las comunidades y a los refugiados de los peligros del cólera.
 

LA HISTORIA DE DJAMILATU

Djamilatu, una niña de 3 años, fue trasladada de urgencia a un centro de salud después de sufrir diarrea y dolor abdominal, síntomas comunes del cólera. "Estaba muy mal. Pensaba que se iba a morir. Todavía está asustada", cuenta su madre Aichatou Abdou. Djamilatou se recuperó después de recibir tratamiento durante cinco díasen el centro de salud de la isla Kandadji.
 
"En el centro de salud sólo le dieron agua a Djamilatou. Tras regresar a casa, se negó a beber el agua del río. Ahora bebemos el agua del pozo que hay en el pueblo de al lado, o purificamos el agua del río antes de beberla", explica su madre.